Como norma general no suelen darme demasiada confianza las sucursales de restaurantes de chefs prestigiosos que añaden “xxxx by Perico Palotesâ€. Además acaban teniendo una vida efÃmera, pasó con Sando by Arzak o con Indigo by Andrea Tumbarello en los hoteles del mismo nombre que no pasaron del año de vida asociados a estos prestigiosos cocineros-empresarios.
De ahà que tuviera cierto recelo con lo que me encontrarÃa en Dos Cielos by Hermanos Torres, aunque da confianza que hayan puesto la cocina en manos de alguien que ha trabajado varios años en su restaurante de Barcelona, Damián González.
El restaurante se encuentra en un espacio apartado e independiente del lujoso Gran Meliá Palacio de los Duques, al que se accede tras cruzar el vestÃbulo y el restaurante informal del hotel. Algo incómoda esa entrada ya que tienes que acceder escoltado por algún empleado del hotel, sorteando huéspedes, aunque luego compensa la tranquilidad del patio interior donde tienen instalada la terraza, montada en las antiguas caballerizas del palacio.
El comedor resulta muy luminoso ya que está separado del patio por una cristalera y en la sala hay un contraste entre una decoración moderna y el espacio histórico del palacio, del que se conserva la pared de ladrillo visto y partes el suelo original, que puede verse debajo, preservado por otro suelo de cristal.
Buena separación entre las mesas, tableros negros, sin manteles, aunque al menos tienen bajoplatos.
El trato del servicio es impecable, amable y profesional. Correcto, relajado y sin agobios, como a mi me gusta.
Tiene una carta con una cantidad moderada de platos y un menú degustación (75 euros) que recoge platos clásicos del Dos Cielos barcelonés.
La carta de vinos me pareció bastante subida de precio en relación al coste real en comercio de las distintas etiquetas. A modo de ejemplo, el Verdejo Perro Verde que tomamos y que en El Corte Inglés cuesta unos 10€, estaba en carta a 26€.
Nosotros nos decidimos por pedir a la carta porque tenÃamos en mente probar algunos platos que no estaban en el menú degustación, pero aún asà tuvieron el detalle de incluirnos los mismos aperitivos y detalles que sirven con éste.
QUÉ TOMAMOS:
– Polvilho relleno de raifort y lima
Un panecillo de polvilho de mandioca relleno de rábano picante y lima, recuerdo de su paso por Brasil donde gestionan dos restaurantes. Ni fu, ni fa.
– “Paseo por Collerusaâ€
Unos pequeños conos con flores comestibles sobre algo similar a césped. Bonito, pero soso.
Tras el aperitivo se sirven panes a elegir entre blanco, focaccia o de aceitunas acompañados con dos variedades de aceite picual y arbequina, uno de ellos de potente sabor ahumado.
– Raviolis de foie-gras, con caldo de cocido 18€
Falla aquà el caldo, excesivamente potente, que desequilibra el plato al anular a los ravioli, que por sà solos están muy ricos.
– Vieira con jamón, setas y panceta ibérica 25€
La vieira es la reina indiscutible del plato, y se acompaña de panceta y jamón para crear un plato de mar y montaña de lo más interesante.
– Canelón de la abuela Catalina, trufa melanosporum y crujiente de queso parmesano 22€
Recuerdo a su abuela Catalina, que les enseñó a cocinar, riquÃsimo. Reconozco que su abuela era más sofisticada que la mÃa si les preparaba canelones rellenos de trufa melanosporum en lugar de con carne picada como al resto de los que hemos sido nietos mimados por una abuela.
– Arroz negro con calamar de potera 24 €
Tienen fama los hermanos de trabajar bien los arroces y éste no desmerece, meloso y suave pero de potente sabor.
– Postre Ãfrica 11€
Composición de diferentes chocolates, con varias texturas, con teja de miel y arena de galleta y jengibre. Para golosos de chocolate, fantástico.
Termina el servicio con un pequeño detalle sorpresa: El Cielo, un bombón de frambuesa y jengibre con forma de piedra preciosa servido en una caja que asemeja a un joyero.
Bebidas a parte, un menú de dos platos y postre compartido, sale por unos 50-55 € por persona.
En conclusión, el local es agradable aunque el acceso a través del hotel es incómodo, el servicio impecable, la cocina elaborada pero sin “efectos especiales “, los aperitivos lo más flojo. Recomendable.