Restaurante El Padre
Tel. 914 48 40 16
Calle de Serrano 45
Madrid
Escondido en los bajos de un edificio de oficinas de la calle Serrano junto a una discoteca, se encuentra el restaurante El Padre, un local de los pocos que puede presumir de llenar dÃa tras dÃa en Madrid. Sorprende que un restaurante que no se ve desde la calle y que no se preocupa demasiado por publicitarse ni por tener presencia en redes sociales tenga tanto éxito. Sorprende igualmente que a pesar de su éxito no doble turnos y permita sobremesas largas a los clientes.
Con capacidad para unos cien comensales, el local es más grande de lo que imaginaba además dispone de una terraza exterior en la que los fumadores pueden seguir combinando su vicio con la gastronomÃa. Por su tamaño yo lo aconsejarÃa más para cenas de grupos que para cenas de parejas, aunque la separación de las mesas es correcta, pero el ruido de cien comensales por muy bueno que sea el aislamiento acústico, se nota. La decoración es frÃa y austera, en tonos blancos y grandes lámparas con forma de cubo. Además dispone de una amplia barra repleta de botellas premium de licores varios ya que una de sus especialidades son los cocteles y combinados con los que rematar la sobremesa.
Servicio correcto y profesional, camareros eficaces, destacando los dueños (Mario y David, los dos hijos de el dueño original de “El padre”), muy atentos y que se han especializado uno en los vinos y otro en los combinados.
No es un restaurante con ambiente romántico o para ocasiones especiales, más bien lo recomendarÃa para cenar con amigos o para grupos que quieran comer bien, y poder acabar aún mejor la comida con un carrito de bebidas con el que te preparan cócteles, combinados, lo que quieras y como lo quieras.
Su cocina se asienta en platos de elaboraciones sencillas basadas en producto de calidad. Buena parte de la materia prima proviene de Zamora, tierra de origen de los propietarios. Allà tienen su propia huerta en la que cultivan unos tomates y pimientos con sabor especial. De allà vienen también los huevos de corral de su plato estrella y la ternera blanca, cuya chuleta es uno de los puntos fuertes de la casa.
Dado que mi visita fue dentro de un grupo grande, posiblemente sea más benevolente de lo que serÃa si hubiese acudido en pareja.
QUE COMI.
Tratándose de un grupo, optamos por su menú degustación por 37.50 € con cuatro entrantes a compartir y un principal, más el pan, el vino, el postre y el café.
De aperitivo de cortesÃa un plato de chorizo de Zamora con picos de pan.
– Ensalada de pimientos con queso fresco y pan tostado.
Dado que la cocina se abastece de productos de su huerta, como era de esperar los pimientos son excelentes, sin embargo el queso fresco no aporta nada al plato, yo prescindirÃa de él o lo sustituirÃa por un queso de más sabor como el de cabra.
– Croquetas de ave y rabo de toro
La de ave me pareció muy buena, con un sabor muy intenso a sopa de cocido; la de rabo de toro en cambio le encontré demasiado fuerte, crujiente por fuera, pero demasiado “fluida” en su interior.
– Huevos del Padre
Se trata de los clásicos huevos rotos pero huevos de corral frescos. Es uno de los platos estrella, algo muy sencillo pero que sorprende porque el sabor de los huevos de corral no tiene nada que ver con el de los huevos que compras en un supermercado. Sin embargo una de las pegas de acudir en grupo grande es que puede que en el reparto de un plato compartido te toque la ración más pequeña cuando se trata de apurar un plato. En fin que como soy un desdichado, mi ración fue escasa y no me tocó ni una mÃsera patata, asà que no pude apreciar en todo su valor este plato.
– Crepe de marisco
Correctos, buen sabor a marisco, aunque es un plato que siempre acabo comparando con las filloas rellenas de rape y marisco con salsa holandesa que sirven en el restaurante A´Casiña de la Casa de Campo y que no encuentro ninguno que esté a su altura.
-Solomillo relleno de foie con salsa de trufa
De nuevo un defecto que achaco a formar parte de un grupo grande, aunque la carne era excelente, me llegó algo frÃa. Supongo que es bastante complicado servir a más de diez comensales al tiempo y que todos los platos estén perfectos de temperatura, sobre todo si la carne la pides al punto o poco hecha. Por lo demás la combinación con el foie perfecta y la salsa sabrosa sin que el aroma de la trufa sea tan intenso que no aprecies el resto del plato.
Los platos de carne se acompañan con un plato de patatas fritas para compartir servido al centro.
–Tarta de queso.
Muy corrientita, correcta, pero nada del otro mundo.
El vino, de la D.O Tierra de Castilla, correcto aunque nada del otro mundo, creo que se puede mejorar pagando suplemento.
Como colofón, yo creo que la parte estrella, los cocktails. Les cuentas que es lo que te gusta, que si ron, que si tequila, que si ginebra, que si quieres que sea fuerte o suave, que si cÃtrico, aromático o seco, vienen con el carrito y te lo preparan delante tuyo, te cuentan lo que lleva y a disfrutar. Se nota que dominan el tema de la coctelerÃa.
Mención aparte para los Gin tonic: preparados con todo el ritual seleccionando la ginebra de una colección espectacular, aunque a 12 euritos la broma.
Resumiendo, es un sitio agradable aunque demasiado bullicioso para mi gusto, servicio correcto con errores perdonables en caso de grupos numerosos, cocina sencilla pero con productos de calidad, un detalle que no doblen mesas a pesar de tener demanda para hacerlo y un diez en el tema de las copas con las que alargar la sobremesa.
Tiene todo una pinta estupenda, aunque lo de que sea bullicioso me echa un poco para atrás. El tema de los cócteles supongo que lo aprovecharÃa para estar de mirona, porque como no bebo alcohol, jaja.
Para los que no beben alcohol como tu, Espe, tienen coctelerÃa sin alcohol también muy elaborada. Varios de mis acompañantes optaron por el “mojito sin” que estaba realmente bueno.
Veo que tu hobby sigue resistiendo en este 2012, y es que eres mi crÃtico gastronómico madrileño favorito 🙂 A mà me chifla la tarta de queso, aunque sea corrientita la de este restaurante.