by Viena es una ciudad con gran encanto situada a la orilla del río Danubio, aunque la ciudad ha crecido a espaldas del rio de forma que apenas te das cuenta de su presencia. Con una población de algo más de 1.500.000 de habitantes, es un destino perfecto para una escapada corta. Viena tiene algo que engancha: es antigua y moderna a la vez. El casco histórico no es demasiado extenso por lo te puedes desplazar a pie.
En tu viaje podrás visitar espectaculares palacios como el Schöbrunn o el Hofburg, disfrutar de una tarde en la ópera más famosa de Europa, de un paseo a pie o en coche de caballos por su casco antiguo bajo la atenta mirada de la catedral de San Esteban, sorprenderte con la vanguardista arquitectura de Hundertwasser, relajarte tomando un café vienés acompañado de un pedazo de la deliciosa tarta Sacher, o degustar el famoso Wiener Schnitzel.
Traslado desde el aeropuerto al centro de la ciudad:
El primer contacto con una ciudad suele ser con su aeropuerto y el primer quebradero de cabeza del que visita por primera vez un lugar suele ser el traslado desde el aeropuerto hasta su alojamiento. Sin embargo, siempre suele haber muchas alternativas, y en el caso de Viena no es una excepción.
El aeropuerto de Viena (Wien Schwechat) se encuentra situado a 18 km del sur de Viena y hay varios modos de llegar al centro de la ciudad, os los ordeno por precio:
– S-BAHN (Schnellbahn): Es como un tren de cercanías que conecta el aeropuerto con varios puntos de Viena. Desde el Aeropuerto va a Landstrasse – Wien Mitte (línea de metro naranja U3 y verde U4) en 30 minutos. Precio: 4€
– BUS (Vienna Airport Lines): El trayecto dura 20 min y el bus hace diferentes paradas en varios puntos de Viena. Este autobús circula 24horas. Precio: 8 €.
– CAT (City Airport Train): Te lleva del aeropuerto a la estación Landstrasse – Wien Mitte (línea de metro naranja U3 y verde U4) en 15 minutos y sin paradas. Pasa cada 30 min. Precio: 12€.
– TAXI: El trayecto del Aeropuerto al centro de la ciudad cuesta unos 35-40€ y tarda unos 30 minutos.
– COMPAÑIAS PRIVADAS: Por un precio más económico que el taxi, hay compañías que os recogen en el aeropuerto y os dejan en la puerta de vuestro alojamiento. Yo utilicé los servicios de la empresa http://www.taxi-royal-wien.at/ y mi experiencia es muy positiva,: 28 euros del aeropuerto a la puerta del hotel en un Skoda impecable para cuatro personas (7 euros por persona). No llevo comisión, así que si encontráis otras compañías similares con mejor precio, adelante.
El transporte público en Viena
Bajo mi punto de vista, salvo que vuestro alojamiento esté muy alejado del centro, Viena es una ciudad abarcable a pie por lo que no compensa sacarse abonos de dos, tres días o semanales.
Esto no quiere decir que la red de transporte vienesa no sea eficiente, que lo es, además de variada ya que por Viena te puedes mover en metro (UBahn), tranvía (Tram), bus y con el método más económico, a pie.
La empresa de transportes en Viena es Wiener Linien (http://www.wienerlinien.at). No suele haber taquillas atendidas físicamente sino que los tickets se compran en unas máquinas similares a cajeros que podéis encontrar en cada estación de metro. Se puede seleccionar el idioma (incluye el español) por lo que son bastante sencillas de manejar. Los billetes se validan antes de subir al metro, o en el interior del bus o tranvía. En el metro de Viena no hay tornos o barreras, pero sí hay revisores, la multa por no llevar billete es de 100€.
El metro de Viena está compuesto por 5 líneas, todas ellas combinan tramos subterráneos con algunos que van sobre la superficie.
Línea U1 (Roja): Recorre Viena de norte a sur, desde la estación Leopoldau hasta llegar a Reumannplatz. Se trata de una línea interesante, ya que tiene una estación junto a la catedral y sirve para llegar hasta el Prater.
Línea U2 (Violeta): Recorre el centro de la ciudad formando una especie de semicírculo que conecta la estación Stadion con la de Karlsplatz. Se trata de una línea muy útil para llegar hasta el Prater, el Ayuntamiento, el Barrio de los Museos y la Iglesia de San Carlos.
Línea U3 (Naranja): Cruza la ciudad desde el sureste hasta el noroeste, desde la estación de Ottakring hasta la de Simmering, pasando por algunos lugares turísticos como la catedral o el Hofburg.
Línea U4 (Verde): Recorre la ciudad que desde Hütteldorf hasta Heiligenstadt, con una importante parada en el Palacio Schönbrunn.
Línea U6 (Marrón): Comunica las afueras de Viena prácticamente de norte a sur, desde la estación Siebenhirten hasta Florisdorf. Se trata de una línea que resulta poco útil para los turistas.
(No me preguntéis por qué, pero no hay línea 5)
Precios (año 2015):
Billete sencillo: 2,20€
Billete 24/48/72 horas: 7,60€ , 13,30€, 16,50€
Billete semanal (Lunes-Domingo): 16,20€
(ojo no vale 7 días sino de lunes a domingo, si lo compras otro día distinto al lunes solo cuenta desde ese día al domingo)
Vienna Shoping Card: 6,10 €
Se trata de un billete válido para viajes ilimitados entre las 8.00h am y las 20.00h (horario comercial) –ojo no vale los domingos.
Yo utilizaba o bien billetes sencillos o bien este último si preveía que necesitaría tomar tres o más transportes en un día.
Qué ver en Viena
Viena es una ciudad muy monumental con una gran variedad de lugares que puedes visitar. Sin extenderme mucho, que para eso están las guías de viajes, éstas son las principales visitas desde mi punto de vista:
Empecemos con los tres palacios más famosos de Viena
Construido en el siglo XVII, el Palacio Schönbrunn sirvió durante años como residencia de verano de la familia imperial de Viena. Tanto el interior como sus jardines merecen una visita.
El precio depende del tour que se quieta hacer: el Tour Imperial incluye la visita de 22 habitaciones (precio: 11,5€), el Grand Tour son 40 habitaciones ( precio: 14,5€) y luego está el Sisi Ticket (25,4€) que incluye el Schönbrunn, el Hofburg y el Hofmobilienpot. Yo hice el tour largo, pero para hacerse una idea de cómo es el palacio y ver lo más destacado basta con el corto que dura 30-40 minutos. Merece la pena pasear por los Jardines, ir a la Fuente de Neptuno y subir a la Glorieta desde donde se divisa una vista chula de Viena (además de la del Palacio). Si queréis echar allí el día, en los jardines hay un Zoo, un Laberinto y una Casa de las Palmeras (Palmenhaus), todas con entradas aparte.
El Palacio Hofburg ha sido durante más de 600 años el lugar de residencia de los Habsburgo; se trata de un enorme conjunto de edificios que abarca una amplia zona, desde los antiguos aposentos imperiales, pasando por varios museos, una capilla, una iglesia, la Biblioteca Nacional Austriaca, la Escuela Española de Equitación, hasta el despacho del Presidente de Austria.
La visita más común es la que incluye los Apartamentos Imperiales (Kaiserappartements), el Museo de Sisi y la Platería de la Corte. La visita del Palacio Hofburg se realiza con una audio guía en español y resulta bastante interesante., aunque la parte de la platería es prescindible.
Del resto de visitas os recomendaría la biblioteca, de la que hablaré más adelante.
Adultos: 11,50€.
Estudiantes, Vienna Card: 10,50€.
Niños de 6 a 18 años: 7€.
El Palacio Belvedere fue construido como residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya. Hoy en día alberga una pinacoteca, cuyo cuadro más importante es “El Beso” de Gustav Klimt, de su interior palaciego ya no queda nada.
Si no disponéis de demasiado tiempo en la ciudad, es mucho más interesante visitar los Palacio Hofburg y Schönbrunn, con una preciosa decoración interior. La colección de cuadros de la pinacoteca vale la pena si tenéis tiempo para ello, pero el edificio de abajo (Unteres Belvedere) es prescindible, mejor pasear por sus jardines.
Adultos: 19€. (Alto y Bajo Belvedere y Orangerie)
Estudiantes, tercera edad y Viena Card: 16,50€.
Menores de 18 años: entrada gratuita.
Vamos con los edificios religiosos:
Situada en el centro de Viena, la Catedral de San Esteban es el punto de inicio y fin de toda visita a la capital austriaca y un símbolo de la fuerza de la ciudad para resurgir de sus cenizas una y otra vez. Sobrevivió al asedio turco del siglo XVII, a las guerras napoleónicas y a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Se empezó a construir en el XIII como una iglesia románica, pero el estilo predominante es el gótico de los siglos XIV y XV. Destaca su tejado de mosaicos de colores. Se puede subir a la torre, aunque las vistas no son nada del otro mundo, quizá merezca la pena por apreciar el tejado de cerca.
Iglesia de San Carlos Borromeo
Durante la peste de 1713, el Emperador Carlos VI prometió que, cuando la ciudad fuera liberada de la enfermedad, construiría esta iglesia. Se trata de una gigantesca iglesia de estilo barroco, culminada por una enorme cúpula decorada con frescos de Johann Michael Rottmayr. Vale la pena subir y verlos de cerca desde unos andamios que pusieron para restaurar los frescos y que se han dejado de forma permanente.
El edificio actual data del siglo XVIII, aunque se tiene constancia de que hubo una iglesia en el mismo lugar desde hace más de 1.600 años. Se dice que tiene un aspecto similar a la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
La Votivkirche se construyó en 1856 para celebrar el fracaso del intento de asesinato contra Francisco José. Es de estilo neogótico con influencias francesas. Con sus dos torres gemelas de 99 metros de altura es una de las iglesias más bonitas de Viena. Ojo tiene un horario de apertura bastante reducido.
Sigamos con los tres lugares más característicos de Viena:
La Ringstrasse es la avenida más importante de la ciudad, rodea todo el casco histórico y se construyó en el mismo lugar en el que se encontraba la antigua muralla. En ella se encuentran los edificios más famosos de Viena (como la Ópera, el Parlamento, la Universidad, el Ayuntamiento, …)
Aunque actualmente la Ópera del Estado es uno de los símbolos de Viena, al emperador Francisco José no le gustó su estructura por parecer una “estación de tren”. Cuentan que el arquitecto se tomó tan mal la crítica que reaccionó suicidándose (desde entonces, se dice que Francisco José contestaba a todo “está bien, muy bonito” cuando le preguntaban su opinión sobre algo).
El Parlamento Austriaco fue construido en el siglo XIX en estilo clásico y es el edificio más notable de la Ringstrasse. Se encuentra junto al Ayuntamiento, en cuyos jardines se pone el mercadillo navideño en invierno y en verano hay cine al aire libre, actuaciones en directo y puestos de comida austriaca o internacional.
Otros lugares interesantes que ver en Viena:
* Prater
El Prater es un popular espacio de recreo en el que se sitúa el parque de atracciones más antiguo del mundo. Su noria, de 60 metros de altura, es uno de los símbolos de Viena y desde ella se divisa una fabulosa vista de la ciudad.
La entrada es gratuita., sólo se paga en las atracciones a las que subas.
Se trata de un bloque residencial construido por Friedensreich Hundertwasser, un artista austriaco que recuerda un poco a Gaudí (salvando las distancias). Junto a los edificios también se puede visitar un curioso centro comercial realizado en el mismo estilo (Hundertwasser Village), además del Museo Hundertwasser donde se exponen las obras del original artista.
La forma más sencilla de llegar es en tranvía línea 1 que para en la puerta.
Abierto al público desde 1862, el Parque de la Ciudad (Stadtpark) es el parque preferido por los turistas que visitan la capital para fotografiarse delante del monumento a Johann Strauss, una estatua de bronce dorada que fue inaugurada en 1921 para rendirle homenaje a uno de los violinistas más importantes de todos los tiempos.
* Biblioteca Nacional Austriaca
Construida en el siglo XVIII bajo el mandado del Emperador Carlos VI, la Biblioteca Nacional Austriaca es una de las bibliotecas históricas más bonitas del mundo. Es, más que una biblioteca, un elegante museo decorado con gusto. Aunque la visita es un poco cara, creo que merece la pena.
* Naschmarkt
Flores, carne, pan y todo tipo de alimentos se dan cita en Naschmarkt, el mercado más conocido de Viena, un mercado que lleva celebrándose desde el siglo XVI. Además de ver los puestos y hacer algunas compras también es posible comer en la zona, ya que los puestos comparten espacio con decenas de restaurantes internacionales a precios asequibles. Los sábados además hay un mercado callejero tipo rastro.
Turistadas.-
El Ring Tram.
El Ring Tram de Viena es un tranvía antiguo restaurado que recorre toda la avenida del Ring, se desplaza en intervalos de 30 minutos desde Schwedenplatz y da una vuelta alrededor de la calle. Permite explorar los principales monumentos como la Ópera Nacional, el Hofburg, el Parlamento, el Ayuntamiento, etc, mientras se le ofrece información en un soporte multimedia audiovisual. Circula durante todo el año, todos los días de las 10:00 h hasta las 17:30 h.
En cada vagón (de 30 plazas), unos monitores LCD informan sobre los aspectos más interesantes a lo largo del trayecto, además de contar con auriculares que ofrecen la información en distintos idiomas. También existe la opción de un programa de audio de niños, para los pasajeros más pequeños.
Los puntos en contra son que sólo se puede darse una vuelta completa al Ring (sin posibilidad de subir y bajar), su coste (9 euros) y que existe una alternativa algo más incómoda, pero mucho más barata. Se trata de realizar el mismo recorrido por el precio de un billete sencillo de transporte (2,20€), para ello hay que tomar el tranvía 2 en Opera y bajarse en Schwedenplatz (la parada del barco City Line señalada con un enorme neón) y volver desde allí a Opera (con el mismo billete de transporte) en el tranvía 1.
Los Fiakers.
Los fiaker son coches de caballos que recorren el casco antiguo de la ciudad. Durante el recorrido, el cochero ataviado con un traje típico y bombín, explica algunos detalles y curiosidades sobre los lugares por los que se pasa.
Las paradas de los carruajes se pueden encontrar en diversos puntos de la ciudad: en la Stephansplatz, en la Heldenplatz, en la Albertinaplatz, en la Petersplatz y en el Burgtheater. El paseo corto (que dura alrededor de 20 minutos y recorre el casco antiguo) cuesta 55 €, el paseo largo (que dura alrededor de 40 minutos y recorre la Ringstrasse y el casco antiguo), 80 €.
Una turistada total (desde mi punto de vista) por la que te clavan una pasta, pero tiene su público.
Heurigen.
Son pequeños locales rústicos situados en los bosques de Viena y algunos en la misma Viena, que sobre todo durante la época de primavera y verano ofrecen vino de cosecha joven (que es lo que significa “Heurigen“) acompañándolo con unos platos típicos como las ensaladas de patatas, de tomate, embutidos austríacos, patés, pasteles de requesón y manzana. En muchas ocasiones unos músicos tocan música tradicional vienesa. Muchas agencias ofrecen las visitas a estos locales a los turistas y es difícil distinguir los tradicionales de los que viven de las hordas de turistas.
Gastronomía austriaca.-
Al pensar en la comida austriaca, solemos imaginar salchichas, filetes empanados y tarta de chocolate. Aunque presume de ser una cocina más rica y variada gracias a las influencias de algunos países vecinos, como Hungría, Alemania, República Checa y también de Italia, la verdad es que la cocina vienesa que encontraréis en los restaurantes es un poco “sota-caballo y rey”. Destacan:
– SCHNITZEL: Es lo más famoso de Austria y es simplemente un filete de carne de ternera o cerdo empanado. El típico es el Wiener Schnitzel, generalmente de ternera, muy finito (lo aplanan con un martillo de madera). Normalmente es enorme así que la gente lo suele compartir y pedir un entrante. Viene acompañado con “Karttofelnsalat” (ensalada de patata cocida) o con “Pommes” (patatas fritas).
– KÄSESPÄTZEL O KNOCKERLN: Pasta (tipo macarrón pero más pequeño) hecho a base de patata, harina y huevo. Los hay de varios tipos: huevo, espinacas o queso.
– TAFELSPITZ: Este plato consiste en una olla de cobre con una sopa con carne y con verduras donde te lo sirven todo junto y luego tú te sirves la sopa y después comes la carne. Dicen que era el plato preferido del emperador Francisco José (el marido de Sissi). Personalmente no me entusiasmó, la carne resulta muy seca.
– GOULASH: Estofado de carne con una salsa contundente, de origen húngaro. Viene servido con Semmel (panecillo) o Knödel. A diferencia del plato húngaro, más similar a una sopa, el goulash austriaco se asemeja más a un estofado de salsa espesa y sabrosa.
– WÜRST: Las salchichas típicas alemanas. Hay muchos tipos: Frankfurter (la frankfurt de toda la vida), Bratwurst, Käsekreiner (que lleva queso por dentro y para mi es la más original y sabrosa). Más típicas de los puestos de comida callejeros que de los restaurantes.
En cuanto a los postres, los imprescindibles son:
– SACHERTORTE (la famosa Tarta Sacher): Tarta de chocolate con una capa en medio de mermelada de albaricoque y servida normalmente con nata montada.
– APFELSTRUDEL: pastel de manzana, con mucha manzana y poco strudel.
Pedir un café en Viena.-
Hay varios tipos de café:
Einspanner es lo que nosotros conocemos como Café vienés (en cada sitio lo hacen a su manera, pero generalmente es un café con leche con nata por encima), Melange (café con leche pero con un poco de leche espumada por encima), Cappucchino (como el Melange pero con cacao espolvoreado por encima), Espresso (un café solo español), Brauner (es el cortado español: solo con un poco de leche), Großer Brauner (doble espresso con un poco de leche), Cafe Latte (café con mucha leche). Los cafés suelen estar buenos pero son bastante caros comparado con España y en la mayoría de sitios te lo sirven acompañado con un vaso de agua por cortesía de la casa.
Algunos Cafés recomendables son:
– CAFÉ CENTRAL Herrengasse 14: es un café antiguo, con pianista y camareros de camisa blanca y pajarita. Es un poco caro pero es muy curioso y recomendable.
– HOTEL SACHER: Famoso por su tarta, tiene una tienda, un bar y un par de restaurantes (formal-informal) donde comprar sus famosas tartas en forma de souvenirs, o bien comer o tomarte una tarta + café. Es el más caro, pero si os queréis dar un capricho, adelante.
– CAFÉ HAWELKA Dorotheergasse 6 : otro café típico y antiguo, aunque no tan elegante como el Central o el Sacher. Está situado en una calle estrecha perpendicular a Graben, cerca de la catedral.
– CAFÉ AIDA: es una franquicia que hay por todo Viena. No tiene nada de especial, pero si que queréis probar la tarta Sacher sin que se resienta en exceso vuestro bolsillo, este es el lugar. Hay uno en Mariahilferstrasse 101, otro al lado de la catedral, otro enfrente de la Ópera…
Los restaurantes que visité:
– PLACHUTTA_ Walfischgasse 5-7, 1010 Wien, Tlf: 0043 151 222 51 , http://www.plachutta.at Comida típica vienesa y el mejor Schnitzel que he probado en Viena. No es barato, pero tampoco es excesivamente caro. Relación calidad-precio muy buena. Hay varios por Viena, yo visité el PLACHUTTA GASTHAUS ZUR OPER, que está al lado de la ópera. Imprescindible pedir: Wiener Schnitzel. Además podéis probar los dos platos preferidos de el emperador Francisco José: el Tafelspitzy de postre Kaiserschmarrn. En verano tiene una agradable terraza!
– FIGLMÜLLER_ Wollzeile 5, 1010 Wien , Tlf: 0043 151 261 77 , http://www.figlmueller.at Es un restaurante bastante turístico (está al lado de la Catedral) donde lo típico es comer Wiener Schnitzel . Suele estar a tope de turistas, pero la cocina es honesta y no un engaña-guiris.
– AGUSTINERKELLER Augustinerstraße 1, 1010 Wien, Austria Tlf 0043 1 5331026
htpp://www.bitzinger.at Local tradicional tipo bodega situado en los bajos del Albertina, la comida normal, el codillo muy seco, el Schnitzel solo pasable. El servicio un poco pasota aun no estando el local a un cuarto de su capacidad. Prescindible.
– GRIECHENBEISL Fleischmarkt 11, 1010 Wien Tlf 0043 1 533 19 77
htpp://www.griechenbeisl.at Dicen que es el restaurante más antiguo de Viena y que data de 1447. Relación calidad- precio mejorable ya que está un poco subido a la parra, pero tanto su interior como su terraza son muy agradables.
