by ¿Sólo tienes un fin de semana para conocer Lisboa?
Bien, esto es lo que, a mi juicio, no deberías perderte.
Museos.
Ni Lisboa es una ciudad con espectaculares museos, ni yo soy un fanático de explorar todos y cada uno de ellos en las ciudades que visito, no obstante estos son los más destacados:
• Fundación Calouste Gubelkian; (www.gulbenkian.pt)
Colección de cuadros y objetos de arte que un millonario de origen turco cedió a su muerte al estado portugués. Algo así como el Thyssen lisboeta.
• Museo Nacional de Arte Antiguo.(www.mnarteantiga-ipmuseus.pt )
Las obras más importantes del museo se dividen en tres grupos; por un lado, las obras pictóricas de la historia portuguesa, en segundo lugar, un importante fondo de pintura europea, por último, el tercer grupo incluye todo tipo de objetos preciosos y artes decorativas, entre los que destaca su colección de orfebrería (con la famosa platería portuguesa), cerámica ibérica, cristal, tejidos, muebles y biombos japoneses.
• Museo del Azulejo (www.mnazulejo.imc-ip.pt)
Curioso por encontrarse en un antiguo convento restaurado, el edificio en si es casi más interesante que lo expuesto, ruego me perdonen los “fans” del azulejo.
Que visitar, lo imprescindible.
Para orientarte, mirando al estuario del Tajo desde la Plaza del Comercio, a tu derecha queda el Chiado y el Barrio Alto, a tu izquierda Alfama y Castelo y a tu espalda La Baixa.
* Colinas de Alfama y Castelo
• Castillo de San Jorge.
Construido en el siglo V por los visigodos, agrandado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez. En 1938 sufrió una restauración completa. La visita lleva por lo menos media mañana, ya que la zona es bastante grande.
Desde lo alto las vistas son espectaculares.
• La Sé (Catedral de Lisboa)
De estilo románico su construcción data del S.XII. La visita es gratuita, pero en su interior tiene dos zonas de pago: el tesoro de la catedral (trajes, joyas y reliquias varias), los claustros (se encuentran ruinas en excavación de restos romanos, árabes y medievales). Personalmente la parte de los claustros me parece más interesante que la del tesoro.
• La Casa dos bicos
Original edificio del siglo XVI con influencias italianas. Los bicos (picos) que le dan el nombre provienen de su fachada tallada en punta de diamante. Me recordó un poco a la casa de las conchas de Salamanca.
• Feira da Ladra (Largo de Sta Clara-Alfama): especie de rastro cuyos puestos se instalan sólo en martes y sábado, de 09:00 a 18:00. Feira da Ladra significa Mercado de la Ladrona en castellano. Curiosa por lo pintoresca, más que por las gangas que se puedan encontrar.
* Colina de “Bairro Alto” (Barrio Alto)
• Elevador-funicular de Gloria 
La mejor manera de acceder al Barrio Alto desde la Plaza de Restauradores.
• Iglesia de San Roque
Si pasearas por el Bairro Alto sin haber sido advertido, seguramente pasarías delante de esta sencilla iglesia sin darle importancia. Es que la blanca y simple fachada no tiene nada de monumental sin embargo la belleza está en su interior. Cómo es el interior? Impresionante. Una capilla mayor al fondo y ocho capillas, dispuestas cuatro a cada lado y cubiertas en dorado, tallas de madera, mármoles y azulejos forman un conjunto impactante.
• Zona llena de restaurantes y sitios de copas, espacialmente animada de noche en que los restaurantes sacan sus mesas a la calle y la gente saca sus copas a la puerta de los garitos.
* El Chiado
Es la parte noble del Barrio alto de Lisboa. Reconstruido prácticamente en su totalidad tras el incendio que asoló varias de sus manzanas a mediados de los 80, hoy está repleto de tiendas de moda, de antigüedades y librerías.
• Armazen do Chiado, centro comercial situado al pie de la columna vertebral de esta zona, la Rua Garret, alberga el Fnac entre otras tiendas. Por sus escaleras mecánicas podéis acceder también desde la Baixa al Chiado sin tener que subir empinadas cuestas.
• Iglesia do Carmo
Si subes al Bairro Alto desde la Baixa utilizando el elevador de Santa Justa verás desde lo alto las ruinas de una antigua iglesia y convento. La pasarela de salida del elevador te dejará justo enfrente. La Igreja do Carmo fue en sus tiempos la más imponente de Lisboa por su arquitectura y decoración. Al igual que gran parte de la ciudad, el terremoto de 1755 destruyó buena parte del convento y casi toda la iglesia. Se decidió mantenerla así, como un recuerdo siempre presente de la crudeza del terremoto y las penurias de otros tiempos.
En lo que quedó en pie de la iglesia se instaló el pequeño Museo Arqueológico do Carmo.
• Cafés clásicos como el llamado A Brasileira con su estatua de Pessoa en la terraza invitandote a sentarte a su mesa, lo que hacen muchos turistas.
• La Cervejaría A Trindade, sita en la Rua Nova da Trindade: se trata de una cervecería de principios de siglo. Se puede comer muy bien allí y no resulta excesivamente cara, aunque siempre está llena.
• Elevador da Bica que discurre por la muy empinada calle que lleva su nombre.
* La Baixa Pombalina
Es el valle que separa las dos colinas anteriores. Planificada el Marqués de Pombal. (de aquí se deriva lo de “Pombalina”). Es un conjunto de calles anchas, paralelas y perpendiculares entre sí entorno a dos plazas: las llamadas Rossio, y Plaza del Comercio. Las casas todas ellas similares: misma altura, azulejadas y con elegantes balcones de forja.
Sencilla plaza de forma rectangular flanqueada por sobrios y elegantes edificios que datan de los siglos XIX y XX.
• Destaca entre ellos el Palacio Foz, un palacete con interiores ricamente decorados que alberga en la actualidad a la Oficina de Turismo de la ciudad. Otros edificios remarcables son el hotel Vip Eden, con una bella fachada art-deco de 1930, y el Condes Cinema, construido en 1950 en estilo modernista donde actualmente funciona el Hard Rock Café de Lisboa.
• Obelisco dedicado a los restauradores de la Independencia portuguesa en 1640 (los que expulsaron a los españoles, vaya)
• Funicular de Gloria
Desde las esquina noroeste de la Plaza parte el Elevador da Gloria, uno de los emblemáticos funiculares que sube al Bairro Alto, a la altura del Mirador San Pedro de Alcántara.
Está situada en La Baixa, en el extremo norte de la Rua Augusta y a poca distancia de la Plaza de los Restauradores.
• Teatro Nacional María II
Construido en 1842 , del estilo neoclásico, en la fachada destaca un gran pórtico con seis columnas jónicas, que fueron traidas de un antiguo convento, sosteniendo un frontón triangular con relieves representando Apolo y las Musas.En lo alto del frontón fue erigida una estatua de Gil Vicente, considerado el padre del teatro portugués.
• Estación de tren
Esta estación bien podría parecer un teatro o un palacio por su decoración. En la hermosa fachada destacan la decoración, dos grandes puertas con formas de herradura y la pequeña torre con reloj que remata la parte superior del edificio.
• Café Nicola (http://www.nicola.pt)
Se trata de una cafetería inaugurada hace más de 200 años y que encima se tiró un siglo entero siendo librería. Destaca su fachada art decó, su café es excelente, su bollería no tanto.
Situada muy cerca del Rossio, el antiguo emplazamiento de un gran hospital fue luego un importante mercado y es hoy un amplio espacio donde reinan las palomas en torno a la estatua ecuestre del rey Juan I. Las vistas del Castillo de San Jorge de esta plaza son excepcionales, pero los edificios que la rodean se encuentran en un estado de abandono que da cierta tristeza.
Fue construida donde estuvo situado el palacio real antes de ser destruido por el gran terremoto de 1755. Se compone de un conjunto de edificios porticados en tres de sus lados y está abierta en el lado sur, mirando al Tajo. Históricamente ahí llegaban los barcos mercantes y ésta era la puerta de Lisboa.
• Arco de la Victoria
Diseñado para celebrar la reconstrucción de la ciudad después del gran terremoto. Su construcción finalizó en 1873 y sus estatuas representan, entre otros, a Vasco de Gama y al Marqués de Pombal.
• Rua Augusta
Eje peatonal y comercial de la Baixa donde encontraréis todas las franquicias de tiendas de moda (Mango, H & M, Zara,…) además de un buen número de restaurantes para turistas. Desemboca en la Plaza del Comercio a través del Arco de la Victoria.
• Elevador de Santa Justa
Se encuentra en la calle del mismo nombre, a escasos metros de la Plaza del Rossio, y sube hasta la Plaza do Carmo. La torre, de estilo neogótico, fue construida entre los años 1900 y 1902, enteramente en hierro colado y decorada con filigranas que siguen diseños diferentes en cada uno de los niveles. Por aquellos tiempos funcionaba a vapor, siendo adaptada más tarde para utilizar energía eléctrica. En su interior fueron instaladas dos elegantes cabinas forradas en madera con capacidad para 24 personas cada una, que permiten el ascenso y descenso de los turistas al módico precio de 2,80 euros el viaje. Desde sua terraza se pueden apreciar espléndidas vistas del Castillo de San Jorge y las ruinas de la Iglesia do Carmo en lo alto, y de la Plaza del Rossio y la Baixa en general extendiéndose hasta el Tajo.
* Barrio de Belém
Este monumental barrio se encuentra bastante alejado del centro de la ciudad, en lo que fue el viejo puerto de donde salían y llegaban las carabelas de los navegantes portugueses. En él encontramos:
• Monasterio de los Jerónimos
Es una de las visitas turísticas más importantes de Lisboa. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su construcción se inició en 1501 y se concluyó a finales del siglo XVI. El estilo predominante del monasterio es el manuelino y se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama. El Claustro del Monasterio de los Jerónimos es espectacular.
• Torre de Belém
Es quizá la imagen más reproducida de Lisboa. Situada en la desembocadura del Tajo, inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro. De estilo manuelino, fue construida entre 1515 y 1519 y desde1983 declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
• Monumento a los Descubridores
Construido en conmemoración de los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante, es un homenaje a las figuras más destacadas de la Era de los Descubrimientos. Evocando la expansión marítima de Portugal en el siglo XVI, el monumento se levanta en forma de carabela alcanzando una altura de 52 metros. La figura central del grupo escultórico conformado por 33 figuras es, evidentemente, la de Enrique el Navegante, que en lo alto de la composición sostiene una carabela mientras parece observar el horizonte. El pavimento de la explanada frente al monumento representa una enorme brújula de 50 metros de diámetro en cuyo centro hay un planisferio adornado con carabelas que indican las principales rutas de los descubridores en los siglos XV y XVI.
Mediante un ascensor se puede subir al mirador y disfrutar del magnífico panorama: por un lado el Tajo, con el puente 25 de Abril y el Cristo Rei en la otra orilla; por el otro, la Torre de Belem y el Monasterio de los Jerónimos.
• Pastelería de Belém (Rua de Belém 88-92).
Muy cerca del Monasterio de los Jerónimos se encuentra esta enorme y tradicional fábrica de pasteles de nata que desde 1837 elabora estas delicias. Probar sus pasteles recién hechos es imprescindible aunque no seas demasiado goloso. En realidad, pasteles similares puedes encontrar en cualquier café de Lisboa. Consisten en una base de masa hojaldrada rellena con una crema parecida a la pastelera aunque más suave preparada a base de nata. Pero los auténticos, los únicos que pueden ser llamados “pasteles de Belém” son los elaborados en la antigua pastelería, donde según sus dueños manifiestan, se escogen cuidadosamente los ingredientes y se sigue al pie de la letra el proceso tradicional y secreto.
Me voy a tener que hacer otra visita a Lisboa sólo para probar los pasteles de Belém, que me fui de allí sin haberlo hecho. Por cierto, pensé que ibas a decir que la Casa dos Bicos te recordaba a la Casa de los Picos, de Segovia. 😛