En la rueda de prensa que concedió Esperanza Aguirre tras presentar su dimisión destacó que el logro de su carrera política del que se sentía más orgullosa era haber implantado la enseñanza bilingüe en los colegios públicos de la Comunidad de Madrid.
El Programa bilingüe de la Comunidad de Madrid se inició en el curso 2004-05 en 26 colegios públicos de Educación Infantil y Primaria. El objetivo de este programa es que los alumnos que participan en él, una vez completada la Educación Primaria, deberían ser capaces de utilizar la lengua inglesa para expresarse e interactuar oralmente y por escrito en situaciones sencillas y habituales. De esta manera, estos alumnos podrán seguir estudiando en inglés a través de un modelo de enseñanza en el que el alumno no sólo aprende inglés como lengua extranjera sino que recibe parte de las enseñanzas en inglés.
Y aunque parece haber unanimidad: derecha, izquierda, padres, sindicatos, sociólogos, educadores y todo el mundo en general parece encantado con la idea y demandan más y más colegios bilingües, personalmente la campaña de promoción de bilingüismo de la Comunidad de Madrid me genera muchas dudas sobre su utilidad tal y como está planteada en la realidad y me parece una política equivocada de enseñanza del inglés.
Es cierto que la mayoría de los españoles de mi generación, que aprendimos inglés en la escuela, sabíamos mucho de gramática pero éramos casi incapaces de expresarnos en dicha lengua. Por ello el programa de “bilingüismo”, en principio, parece una magnífica idea pero que necesitaría ser llevada a cabo con menos política y más expertos en la enseñanza de la lengua, o lo que es lo mismo, gastarse el dinero bien y adecuadamente antes que tirarlo a la basura y es que el programa de educación bilingüe es «utópico» con los medios de los que se dispone actualmente. Quizá sería más honesto llamarlo algo así como “colegios con inglés reforzado”
Es verdad que el sistema educativo español es muy rígido a la hora de hacer cambios en la distribución horaria de las asignaturas, por eso si no se podía aumentar las horas de inglés alguien tuvo la idea de transformar algunas materias en clases de idiomas. Es ese enfoque el que me parece erróneo y poco eficaz y estos son mis diez argumentos:
1.- En primer lugar, para que esto funcione falta poner las bases a las edades más tempranas. Los niños aterrizan en el primer curso de primaria sin saber una palabra de inglés y se pretende que de repente, por arte de magia, sean capaces de seguir las explicaciones de un profesor que les habla exclusivamente en inglés de una materia cuyo vocabulario ni siquiera dominan en castellano. Lo lógico para que este programa tuviese éxito sería introducir el inglés en Infantil, intentando en esa etapa que los niños tengan contacto con un inglés natural (nativos, audiovisuales, etc.), para pasar a una Primaria en la que se impartieran unas clases de inglés de calidad, fundamentalmente de inglés oral y con pedagogía similar a la que se usa en los colegios británicos.
2.- Además, en el primer ciclo de primaria el niño español está consolidando su lengua materna, especialmente y con gran esfuerzo, la ortografía y la expresión escrita. Sin embargo un niño inglés, dadas las características de su idioma, apenas está comenzando a expresarse en él por escrito a esa misma edad debido a la dificultad fonética de su lengua. Lo pedagógicamente aconsejable sería que se introdujese la escritura en la lengua extranjera con bastante posterioridad a su dominio en la lengua materna o sea justo lo contrario a lo que sucede.
3.- Se argumenta que los niños pequeños tienen una capacidad innata para aprender hablar un idioma. Sin embargo para que esto sea cierto, una lengua hay que enseñarla como tal, sin comparaciones con otro idioma, y explicarlo sin recurrir a la lengua nativa del alumno, empleando mucho material audiovisual e incluso mímica, y empezar a olvidarse de la traducción, que parece ser el gran impedimento para conocer una segunda lengua.
4.- La falta de presupuesto obliga a que hayan de ser profesores españoles los que impartan las asignaturas en inglés, cosa que puede parecer razonable a cambio de que dichos profesores tengan un profundo conocimiento del idioma y conozcan la metodología de enseñanza de dichas asignaturas en el idioma adecuado, cosa que desgraciadamente no sucede.
Para una inmersión en un idioma es necesario profesores nativos y cabría preguntarse si los profesores (de los que no pongo en duda su profesionalidad y buena voluntad) hablan constantemente en inglés con los niños y si lo hacen con un correcto acento.
5.- Tengo serias dudas de que los estudiantes aprendan igual los contenidos de las asignaturas en otro idioma. En los casos que conozco, el temario de las asignaturas impartidas en inglés es sacrificado en aras del aprendizaje del idioma.
La idea de una clase de cualquier materia dada íntegramente en inglés implica necesariamente la bajada de los contenidos curriculares de la misma, o sea: la bajada de nivel cultural, hasta aspectos ínfimos que puedan ser explicados con vocabulario y estructura gramatical de nivel básico en otra lengua.
Mientras los niños son muy pequeños, las canciones, los juegos y los cuentos pueden ser muy útiles; pero en Cono de 4º se estudian ya cosas de una cierta complejidad que en castellano se pueden explicar de manera visual, más o menos amena y eficaz, pero en inglés se convierte en un verdadero reto para profesores y alumnos y una fuente de estrés para ambos.
Es posible que con este sistema los alumnos aprendan inglés, pero al muy alto precio de una progresiva debacle cultural. Se aprenderá menos, se sabrá menos, pero eso sí, en inglés.
6.- Con el nuevo modelo educativo es cierto que la enseñanza del inglés ya no se centra tanto en la gramática. Lo que aprenden los chicos es sobre todo comprensión oral, pero no se potencia su conversación. Obviamente una clase con veinticinco o treinta alumnos no facilita precisamente la comunicación oral, pero además, la falta de seguridad lingüística del profesor le aboca al uso del texto escrito como apoyo continuo. Es posible que los niños comprendan mejor el inglés hablado, pero ¿son capaces de expresarse con fluidez en este idioma?
7.- Se podría cuestionar si es necesario para una formación bilingüe que el niño conozca mayoritariamente vocabulario técnico aprendido en la asignatura de “Science” antes que vocabulario de la vida diaria. Puede que el resultado sea que el niño conozca el término en inglés, pero lo desconozca en su propia lengua.
8.- La aptitud para el aprendizaje de idiomas no es universal lo que significa que el aprendizaje de las lenguas no se produce en todas los niños de forma similar e incluso hay algunos con fuertes dificultades para aprenderlo, independientemente de su capacidad intelectual. ¿Qué hacemos con estos chavales?
9.- La metodología aplicada en algunas asignaturas en España se basa mucho en la escritura, la redacción de trabajos, la relación entre lo visual y lo escrito, etc., en cambio la didáctica de las ciencias en edades similares en nativos de lengua inglesa es bastante diferente a causa, como decía antes, de la dificultad ortográfica que ofrece la lengua inglesa, incluso para los mismos nativos. Aplicar la metodología española a contenidos en inglés es cuando menos complicado.
10.-La lengua en las edades más tempranas se aprende más rápidamente por interacción que por otros medios, por ello es conveniente hacer que los niños se vean implicados en actividades en los que necesite vocabulario real en situaciones reales de comunicación. Si lo que buscamos es que nuestros hijos tengan un buen nivel de inglés sería conveniente que el centro aumentara el número de horas de clase de lengua inglesa, no de contenidos curriculares en inglés, y que los dos primeros ciclos de la Primaria se centraran en un método de aprendizaje oral realmente eficaz a esas edades, por ejemplo, el método comunicativo.
Lo que todos debemos comprender es que el idioma inglés es un accesorio, importante no cabe duda para moverse en un contexto internacional, pero complementario de la formación de una persona. El inglés, como todas las lenguas, es un vehículo del conocimiento pero no es conocimiento en sí. Nadie va a ser más culto si empieza por descuidar su propia lengua, su cultura y su formación sólo por ser capaz de entender y expresarse con fluidez y corrección en otro idioma.
Si es que todo esto es un contrasentido…
Estoy de acuerdo con algunos puntos que tocas y en desacuerdo con otros. Estoy de acuerdo contigo en el concepto de que para que la educación bilingüe funcione bien hace falta más tiempo en contacto con él desde primaria o antes y no sólo en la secundaria: para un verdadero bilingüismo hace falta una inmersión mucho más profunda y desde la guardería; aparte de que el profesorado debe estar bien capacitado, de modo que haría falta, si no es posible poner en todos lados profesores nativos lo cual es demasiado utópico, al menos profesores que tengan niveles adecuados (pedir un mínimo de Advance, o en realidad pedir Proficiency sería lo que deberían hacer). También estoy de acuerdo en que tal y como está estructurado el español nunca va a perder el gran complejo que tiene a la hora de hablar inglés y por eso, sepa mucho o sepa poco, lo acaba hablando mal y con torpeza comparable con el “relaxing cup of café con leche” de nuestra conocida gobernadora.
Ahora bien, no creo que tener asignaturas en inglés fomenta el conocimiento de éste en detrimento de la lengua materna. El consolidado de las lenguas se hace no por las clases de química o de música ni mucho menos. En mi caso pasé toda mi secundaria en un colegio donde las únicas clases que me impartieron en español fueron lengua y sociales/cono, aparte de dos o tres horas a la semana de refuerzo de ciencias, y me considero alguien con unos conocimientos aceptables de mi lengua madre y creo que puedo expresarme bastante bien aparte de tener buena fluidez escrita y conocimientos gramaticales aceptables. No tiene que ver con las horas: eso delimita la confianza que tienes en el idioma, por lo que he visto. Por otro lado, traducir del inglés al español en asignaturas científicas no es para nada complicado, y con un par de clases de refuerzo a la semana (como menciono que tomé) no me supuso un problema llegar a bachillerato y tener clases íntegramente en español.
Gracias por tu aportación basada en tu experiencia, Diego.