by El término “mirador” se utiliza para designar a lugares o estructuras que disponen de una vista amplia de su entorno, los cuales suelen estar ubicados generalmente en lugares de alturas.
Torres, plataformas, paseos… confieso que soy un obseso de los miradores. Como turista y como fotógrafo aficionado me gusta conocer los mejores lugares para contemplar y fotografiar la ciudad. Si a vosotros también os interesa, aquí va una recopilación de los miradores de Praga.
– El castillo de Praga y el barrio que lo rodea es todo él un mirador en sí mismo. Su posición privilegiada sobre una colina que domina la ciudad los convierten en un lugar donde obtener unas preciosas vistas de Praga y el río Moldava y además gratuito.
– La torre de la catedral de San Vito que se encuentra dentro del castillo de Praga supone un mirador sobre un mirador. Para mi, un imprescindible en la visita al Castillo es subir a la torre, aunque tendréis que sacar el ticket a parte porque no se incluye en los tours del castillo.
– A ambos lados del puente de Carlos hay dos torres, la Torre de la Ciudad Vieja y la Torre de Mala Strana. Ambas son accesibles previo pago de 100 coronas checas. (Aproximadamente cuatro euros). Si tenéis que optar por una de las dos, la vista es mejor desde la de la Ciudad Vieja.
– El campanario de la iglesia de San Nicolás en Mala Strana constituye uno de los miradores más altos de Praga con cerca de 80 metros de altura. Además, la torre aloja un pequeño y aburrido museo sobre el espionaje en la época del comunismo y como dicho campanario se utilizaba para tales fines. Aunque no es el mirador más interesante, las vistas del Puente de Carlos y de Mala Strana son excelentes.
– La torre del ayuntamiento viejo situado en la plaza de la ciudad vieja constituye un punto de visita imprescindible desde el que observar la ciudad.
La ventaja de este mirador sobre cualquier otro de Praga es que dispone de un ascensor que lleva hasta el punto más alto de la misma, aunque si se os antoja podéis subir por as escaleras. El mirador rodea completamente la torre por lo que se puede divisar Praga en toda su extensión, desde la Torre de la Pólvora hasta el castillo de Praga. El coste de la visita a la torre del ayuntamiento es el estándar de 100 coronas (unos 4 euros al cambio).
– La torre de la Pólvora de Praga constituye uno de los monumentos más famosos de la ciudad así como la separación efectiva entre la ciudad vieja y la ciudad nueva.
A pesar de estar junto al centro de Praga y a algunos de sus monumentos más destacados como la torre del ayuntamiento o la iglesia de Tyn, las vistas no son tan espectaculares como las de otros miradores.
– La torre del ayuntamiento nuevo, situada en la parte norte de la plaza de Karlovo Namesti, casi seguro. Fuera de las rutas típicas turísticas de la ciudad, puede ser una buena opción para visitar sin aglomeraciones.
– La torre del parque Petrin es una reproducción de la Torre Eiffel de París a escala más pequeña. Se encuentra sobre la colina del parque del mismo nombre por lo que se disfruta de unas estupendas vistas ya que es uno de los puntos más altos de la ciudad. Aunque se puede acceder dando un pequeño paseo, merece la pena disfrutar del ascenso en funicular.
– El Mirador del Parque Letná. situado en uno de los parques menos visitados por los turistas, pero con muy buenas vistas sobre la ciudad de las cien torres. En el medio del parque hay una estatua que es un metrónomo visible desde toda la ciudad. En su tiempo, aquí es donde estaba la estatua de Stalin más grande de Europa y que fue destruida en un rebote de los gobernantes checos.
– El Castillo de Vyšehrad, construido en el siglo X en una colina sobre el río Moldava. A medida que vamos subiendo podemos apreciar diversas panorámicas de la ciudad de Praga desde un punto de vista diferente.
– La torre de la televisión de Zikov, esta torre de televisión es el edificio más alto de Praga con 216 metros de altura. Se construyó entre 1985 y 1992. No es tan recomendable como otros miradores de la ciudad por estar lejos del centro y no ser gratuita. Lo más curioso son los bebés gateando del estrafalario artista checo David Cerný.
