No hay duda que uno de los regalos estrellas estas navidades han sido los cofres experiencia, tipo Smartbox, Dakotabox, Wonderbox, La Vida es Bella, …
Un cofre experiencia no es más que una pequeña caja de diseño atractivo pensada para ser regalada y que permite a quién la recibe elegir una de entre un completo catálogo de diversas actividades para disfrutar cuando uno lo desee. En nuestro ejemplo, uno de estos tipos de cofres puede ser canjeado por una cena en una serie de restaurantes: quién reciba la caja puede elegir en qué restaurante cenar y qué dÃa hacerlo.
Las cajas o cofres experiencia incluyen en su interior dos elementos:
Un libro-guÃa donde se detallan las opciones de que disponemos para disfrutar del regalo recibido: descripción, ubicación y unas fotografÃas del lugar o la experiencia.
Una hoja que incluye un código o un cheque para canjear por la actividad elegida, bien llamando a la central de reservas de la empresa que fabrica el cofre o contactando directamente con el hotel, restaurante o lugar elegido, donde entregaremos dicha hoja o cheque al realizar la correspondiente actividad.
Personalmente los encuentro una idea brillante puesto que cada vez es más difÃcil hacer un regalo a precios ajustados a alguien. Aunque es necesario tener en cuenta que, en principio, no son un producto orientado a las ofertas o los descuentos en precio de su contenido. Normalmente no vamos a encontrar dentro del cofre actividades que sean más baratas que si las contratamos nosotros directamente. La idea del cofre es ofrecer un abanico de actividades variadas de la misma temática base para que el cliente escoja una y decida cuándo disfrutar de ella, pero los precios están muy ajustados y rara vez mejoran la oferta de la propia actividad contratada por separado.
Por ello, algunos cofres pueden ser decepcionantes si no leemos la letra pequeña: no podemos esperar que un restaurante donde el menú vale cien euros ofrezca cenas en un cofre a mitad de precio. Lo normal es que en el caso de las cenas se incluyan menús especiales cerrados, que no coinciden con los normales de degustación. Pero también pueden suponer una oportunidad para algunos restaurantes para atraer clientela que no hubiese acabado en ese local sino lo hubiesen localizado en el libro guÃa.
En fin, al grano. Aprovechando la oferta de canje de puntos de la tarjeta Iberia por cofres de la Vida es Bella me autorregalé uno denominado “experiencias Gourmet”.
Tras revisar los restaurantes incluidos en el libro guÃa me decidà por uno que no conocÃa “Casa Gades”.
CASA GADES
Conde de Xiquena, 4
Telefono:Â 91 531 26 37
Casa Gades es un pequeño restaurante situado entre la zona de Chueca y el Paseo de Recoletos y ese puede que sea su problema, está entre dos zonas sin estar realmente en ninguna. Por eso, en principio, incluir su nombre en el libro guÃa de un cofre experiencia le ayuda a conseguir una mayor visibilidad y a captar clientes que no acabarÃan por allà de motu propio.
El local en dos alturas tiene diferentes salas, decoración moderna y variada y música de fondo a volumen un tanto alto para mi gusto.
Su especialidad es la cocina italiana, sobre todo pizzas y pastas, bajando un tanto la calidad de su cocina cuando optas por otros platos.
El servicio, malo. Hay un punto en el que lo informal se transforma en falta de educación, un tanto “donde hay confianza, da asco”. Camareros que desaparecen, bebidas que no llegan, esperas interminables entre plato y plato, …
Qué comÃ.-
Aperitivo:
Salmorejo con jamón
Servido en copa de cava, la presentación es muy original, pero tenÃa un par de pequeños problemas: Primero que el salmorejo es una “sopa frÃa” que pierde bastante si se sirve calentorro y segundo, la copa “flauta” es demasiado estrecha para tomar el salmorejo utilizando cubiertos. Si a esto añadimos que me dieron una cucharilla de café demasiado corta como para llegar al fondo de la copa, Misión Imposible. Peor fue el tema para mi acompañante a quien le dieron una cuchara sopera demasiado gruesa para entrar dentro de la copa. En definitiva no pudimos tomarnos el salmorejo, pero nos echamos unas risas en el intento.
Entrantes.
Foie con mermelada.
Ya sabéis que no hay restaurante de cocina creativa que se precie que no incluya un plato de foie en su menú degustación. Casa Gades, no iba a ser menos. De su versión de este plato os puedo dar la receta: se va a Mercadona, se compra un paquete, se quita el plástico y se sirve. Vale, no está malo, pero demasiado simple.
Croquetas de Jamón.
Aparentemente caseras, correctas sin más.
Milhojas de alcachofa y queso de cabra
Bastante más elaborado, pero si no te gusta la alcachofa, como es mi caso, poco se disfruta.
Ensalada de la Casa.
Prodigio de originalidad, lechuga, tomate, cebolla y sanseacabo.
Principal.
Lasaña vegetal.
Plato flojo tirando a muy flojo. No os lo aconsejo, salvo que seáis veganos.
Ravioli rellenos con salsa de trufa.
La salsa muy intensa y sabrosa si te gusta el sabor que la trufa le da a los platos, en cambio los raviolis simplones. Un detalle que no me gustó nada, el principal del menú en principio era un entrecot, pero se habÃan agotado. hasta aquà uno puede ser comprensivo, pero a condición de que te cambien el plato por uno similar, sustituir un plato de carne por uno de pasta me parece desafortunado.
Postre
Brownie
Reseco, bastante flojo.
Como conclusión, Casa Gades me pareció un sitio decepcionante, han sido hábiles promocionándose en cofres experiencia y webs de descuento para captar clientela, pero no cuidan a sus clientes. La calidad es mediocre y el servicio malo. Captar clientes de usar y tirar es la polÃtica que está causando que muchos restaurantes cierren y no únicamente la crisis.
Ja, ja, ja. ¡No te lo vas a creer!
El sábado pasado fuimos allà a lo mismo que tú: a probar el menú ese del pack de La Vida es Bella (aunque creo que mi pack era distinto).
El caso es que tuve menos suerte que tú.
Llegamos, nos sentaron en una mesa. Entregamos la tarjeta del pack y al cuarto de hora, aproximadamente, vino una camarera y nos indicó que esa tarjeta no era válida y que no nos podÃan servir la cena si no la pagábamos. Le contestamos que no podÃa ser porque habÃamos recibido una llamada de La Vida es Bella el dÃa anterior confirmando que todo estaba correcto. Toda esta conversación fue escuchada por las mesas de al rededor con el consiguiente bochorno por nuestra parte porque la camarera no hacÃa más que decir que la tarjeta no era válida.
Nos tuvimos que levantar de la mesa (con el consiguiente cuchicheo por parte de las personas de las mesas de al rededor) y nos dirigimos a la parte de abajo del restaurante donde, tras hacernos esperar un rato porque el ordenador “no iba bien”, nos hicieron pasar detrás de una barra y nos mostraron como, al meter en la web de La Vida es Bella el código de reserva y el de rasca, les salÃa un mensaje diciendo que ese código ya estaba usado.
Tras ese bochorno, cerca de las 23:00 nos vimos en la calle con un gran cabreo y sin haber cenado.
El lunes me puse en contacto con La Vida es Bella (antes no daban señales de vida por ningún medio, ni por Twitter) y me dijeron que se trataba de un “malentendido” sin dejar claro si fue problema del restaurante o de La Vida es Bella.
Eso sÃ, me han dicho que me van a mandar un pack superior. Estoy esperándolo.
Me temo Rafa que con los cofres experiencia acabará pasando como con los talones de hoteles, la idea es buena, pero a poco que el dueño del negocio (hotel, restaurante, spa, o lo que sea) vea que tiene clientes suficientes por métodos “tradicionales”, empezarán a poner pegas a los que reserven vÃa cofre experiencia y se acabará el invento.
En tu caso (corrÃgeme si me equivoco) creo que tu cofre fue un regalo promocional de alguna empresa a la que debieron dar gato por liebre. No parece que la culpa fuese del restaurante aunque deberÃan haber resuelto el problema o malentendido de otra forma.
En el nuestro, el problema lo tiene directamente el restaurante al que parece que fidelizar y dar buen trato al cliente que le llega vÃa cofre experiencia se la trae floja.
Un abrazo.
La verdad es que esto de los cofres es una idea estupenda, y seguro que efectivamente han sido el regalo estrella de estas pasadas Navidades. A mà me regalaron uno, aunque en mi caso fue para una sesión de spa. XD