Â
Cada año cuando termina el otoño y arrecia el frÃo el Ayuntamiento de Madrid organiza su campaña de invierno aumentando la capacidad de los albergues municipales para acoger al mayor número de personas sin hogar posible. Sin embargo siempre hay un elevado número de indigentes que prefieren dormir al raso alegando que los albergues suelen estar llenos de personas ebrias, son frecuentes las peleas y los robos.
Bien a nadie se le puede obligar a quedarse allÃ, pero del mismo modo que si a mi se me ocurriese plantar una tienda de campaña en la Casa de Campo con toda seguridad algún agente municipal me obligarÃa a quitarla y, posiblemente, me obsequiarÃa con alguna sanción para recompensar mi ocurrencia, no entiendo que se permita acampar a los indigentes junto al albergue municipal con total impunidad como se está haciendo.
Es un tema complejo combinar la ayuda social a los más desfavorecidos con el orden público mÃnimo. No sé cuál puede ser la solución, imagino que el primer paso es aumentar los recursos destinados a ayudar a los que están en estado de necesidad, mejorar las instalaciones existentes, crear nuevas, mejores y en condiciones más dignas, ojalá tuviese la clave. Pero permitir que se monte un campamento de tiendas de campaña junto a los albergues municipales no soluciona nada, ni parece que sea algo que los ayuntamientos deban permitir.