Balance del 2010

Que mejor manera de comenzar los posts del 2011 que hacer un resumen de lo más destacado, EN MI OPINION, del año anterior.

EL FENOMENO INTERNAUTA.-

La adaptación de los mensajes SMS a un portal web, Twitter, fue el fenómeno del 2010, los informativos de la televisión valoraban las noticias según el numero de tweets que generaban, se busca la opinión de los famosos en sus cuentas de twitter, comentarios se convierten en noticias cuando alguien los twitea, … Todo esto para una web que nació en España apenas hace un par de años.

Wikileaks fue el segundo fenómeno de la temporada, un portal web sin ánimo de lucro que publica informes anónimos y documentos filtrados que desvelan comportamientos poco éticos por parte de gobiernos, preservando el anonimato de sus fuentes. Por el momento las actividades más destacadas de WikiLeaks se han centrado en la actividad exterior de los Estados Unidos, especialmente en relación con las guerras de Iraq y de Afganistán y la filtración de documentos diplomáticos que ponían al descubierto la hipocresía en la que se mueven los gobiernos.

GADGET.-

Aunque los dispositivos tipo tablet ya existían en el mercado, una vez mas fue Apple quien marco la tendencia y puso en el mercado este 2010 el Ipad, un dispositivo táctil para lectura de libros electrónicos y periódicos, navegación web y correo electrónico, además de permitir el acceso al usuario a otras actividades de entretenimiento como películas, música y videojuegos.

El problema es su precio, a partir de los 600 euros.

LIBROS.–

Este año el que reventó la listas de ventas fue “El Tiempo entre Costuras” de María Dueñas. Un fenómeno que gracias al boca boca se convirtió en lo más leído del año. Una novela que juega con la historia, aventura, espionaje, el amor y la nostalgia, transportándonos al Marruecos colonial, al Madrid pro-alemán de la primera posguerra y a una Lisboa repleta de oportunistas, espías y refugiados sin rumbo. Mi opinión, una lectura agradable, fácil, entretenida, pero no me entusiasmó. La trama de vez en cuando está un poco pillada por los pelos, quizá por ser “literatura femenina” no acabé de empatizar ni simpatizar con su personaje principal, Sira.

MUSICA.-

Incomprensible para mi, pero el fenómeno musical del año ha sido Lady Gaga. Justita de voz, no es nada del otro mundo físicamente, sólo tiene un disco en el mercado (el resto son ediciones especiales, remixes etc), pero ha sabido venderse estupendamente a través de estilismos atrevidos como el traje hecho con filetes crudos.

PELICULA.– 

El personal universo de Tim Burton encontró al mundo de Lewis Caroll. Siempre he estado convencido que el autor del libro de Alicia en el país de las maravillas se metía alguna cosa rara, orugas que fuman, conejos que hablan, una niña que toma “pastis”, un sombrerero loco que se pone tibio de una infusión de hierbas, .. el Caroll ese se fumaba algo antes de coger pluma y papel, fijo. La película merece la pena verse aunque solo sea por el hecho del inmenso placer estético que supone redescubrir ese universo con los ojos de Burton, quien aprovecha unos personajes que nos resultan reconocibles para reinventar la historia de Alicia. El poderío visual es incuestionable, especialmente en la versión en 3D y demuestra por donde van los tiros para que la gente siga encontrando una razón para ir al cine.

ACONTECIMIENTO DEPORTIVO.-

En este apartado hay pocas dudas en que la victoria de España en el mundial de fútbol de Sudáfrica fue lo más destacado, hasta para aquellos que no son demasiado aficionados a este deporte. Sin grandes goleadas, pero jugando bien, emoción hasta el penúltimo minuto y un gol de un tipo que no puede caer mal a nadie como Iniesta.

LA HISTORIA CON FINAL FELIZ.-

El rescate de los mineros chilenos que permanecieron sepultados a más de 600 metros durante varios meses. Una historia de supervivientes, que no de héroes que terminó con final feliz.

PALABRA MÁS USADA.–

“Paro”, el desempleo en España alcanzó el 20%, esto quiere decir que una de cada cinco personas activas se encuentra en paro. No es de extrañar que todos tengamos un familiar o un conocido en esta situación y, lo peor de todo, que no parece tener freno.