En Portugal no existe ese invento español del menú del día con tres primeros y tres segundos a elegir, con postre, pan, vino, gaseosa y en ocasiones café. De esta forma, comer puede salir más caro que en España porque siempre se va a la carta. Para compensar, suelen ofrecerse platos del día, que se anuncian a rotulador o tiza, especialmente preparados para esa jornada y que se sirven con más rapidez y a un precio competitivo (entre 7 y 12 €). Una opción muy recomendable ya que las raciones suelen ser amplias y siempre llevan guarnición (ensalada, patatas fritas) por lo que se come prácticamente una especie de plato combinado.
¿Damos un repaso por los principales platos que encontraréis en las cartas de los restaurantes de cocina lusa?
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