Es mundialmente conocido que tengo “gafe” con los restaurantes, sino no se explica que nunca acierte con el sitio o que vaya el día que el cocinero se ha puesto enfermo, el maitre tiene el día libre, se olviden de mi reserva, …
Lo que ya no es tan conocido es que tengo un superpoder que sólo se manifiesta cuando entro en un restaurante: Me vuelvo INVISIBLE.
Sí, es cierto. Yo entro me siento en la mesa y … zass .. desparezco.
¿Qué cómo lo sé?
Pues porque ya puedo llamar, de viva voz o por gestos al camarero que no me ve.
Por eso me ha encantado este invento que he descubierto en los restaurantes del grupo VIPS. Es algo tan simple, pero ingenioso: Un avisador de camareros.
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