Posiblemente no sea el monumento más destacable de Madrid, pero sí que me parece una pena el lamentable estado de conservación que presenta el Viaducto de la calle Segovia desde hace ya unos cuantos años.
El hormigón de sus pilares se encuentra descascarillado y presenta abundantes grietas. Los preciosos jardines de sus bases se encuentran abandonados y son utilizados por indigentes para pernoctar. Colchones viejos y basura se acumulan allí y el olor a orín es bastante desagradable.
El Viaducto salva un desnivel de 23 m, en su altura máxima. Está construido en hormigón armado pulido, si bien la base de los pilares aparece recubierta con sillares de granito. Se trata de una obra más práctica que artística, formada por tres bóvedas de 35 m de luz y cuatro nervios.
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