¿Por qué hay que prohibir fumar en locales públicos?

Envuelta entre las noticias del debate de los presupuestos del Estado, la remodelación del gobierno y la sentencia contra el canon digital español, ha pasado casi inadvertida la aprobación de la Ley “Antitabaco” que entrará en vigor en enero del 2011.

Una de las cosas que más se critica a los gobiernos es su afán por prohibir amparandose en la protección de la salud. Vaya por delante que yo también estoy en contra del afán que tienen todos los gobiernos en regular hasta el último aspecto de la vida de los ciudadanos y, justificándose en que lo hacen por nuestro bien, prohibir todo aquello que bajo su entender no nos conviene, ya sea tabaco, grasas, alcohol, bollería industrial, …

¿Imaginas compartir barra de un bar con este tipo?
¿Imaginas compartir barra de un bar con este tipo?

Ahora bien, yo distingo entre aquellas prohibiciones de “actividades” que sólo afectan a quien las realiza (por ejemplo, el consumo de la bollería industrial o el alcohol) y aquellas otras “actividades” que afectan a quien las realiza y a quienes están a su alrededor (por ejemplo el tabaco). Para las primeras yo soy partidario del “libre albedrío”, es decir, de acuerdo con que las grasas son malas, pero déjenme equivocarme a mi solito, información sí, prohibición no.

Pero para la segundas, lo siento, pero estoy a favor de la prohibición.

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Sobre la prohibición de fumar en bares y restaurantes

 

Estos días es noticia en todas partes la decisión del Gobierno español de prohibir fumar en TODOS los locales cerrados y la repercusión que esta prohibición tendrá sobre los bares y restaurantes.

 

Vaya por delante que estoy en contra del afán que tienen todos los gobiernos en regular hasta el último aspecto de la vida de los ciudadanos y, justificándose en que lo hacen por nuestro bien, prohibir todo aquello que bajo su entender no nos conviene, ya sea tabaco, grasas, alcohol, …

 

Ahora que “ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos”, lo que menos echo de menos es el olor a tabaco que se pegaba a la ropa, al pelo, a todo tu cuerpo. Por perjudicado que llegase a casa después de una noche de fiesta, tenía que dejar la ropa que llevaba puesta tendida en el patio aireándose. Mis vecinos debían alucinar con mi tendedero: una chupa de cuero, pantalones con el cinturón puesto, …

Y no consigo entender como restaurantes que cuidan hasta el último detalle permiten fumar en sus salas echando a perder el olor de un guiso y el sabor de un plato especial.

 

Por ello, personalmente, me alegro que el tabaco quede desterrado de los locales de restauración, aunque si reconozco que después de obligarles a acondicionar sus negocios para que fumadores y no fumadores pudieran coexistir, cambiar de criterio a año siguiente es una “cabronada”.

 

Lo que no comparto es el argumento que oigo con frecuencia de que muchos locales se verán obligados a cerrar si se prohíbe fumar en su interior. No tengo ningún estudio estadístico hecho, pero mi intuición me indica lo contrario, no solo NO disminuirá la clientela sino que es posible que AUMENTE pues aquellas personas que no soportaban el humo acudirán con más frecuencia a bares y cafeterías.

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